Los números en el problema que juega

Los expertos dicen que eso a partir 1 a 3 por ciento de todos los americanos del adulto tienen problemas de juego. Y dicen que los números están aumentando como cada vez más las ciudades y los estados dan vuelta al juego legalizado, como loterías y casinos, para llenar boquetes del presupuesto que bostezan.

La gente que se describe como los jugadores del problema los dicen encuentra duro oponerse al encanto de la acción, de arriesgar una apuesta y sin aliento de esperar contra las probabilidades ganar y después apostar repetidas veces. Hablan de hogares perdidosos, estrallando carreras e igualan a menudo llegar a ser suicidas mientras que persiguen el colmo del jugador.

“Amé los casinos y amé jugar las máquinas del póker.” Sue dicha B., que se describió como jugador empedernido de recuperación. En dos años, ella dijo, ella fue alguien que gozó de un viaje ocasional a Atlantic City próxima a la obsesión con la promesa del glittery de sus casinos del efectivo y del entusiasmo.

Afortunadamente, Sue B. dicha, ella paga lo que ella puede permitirse para su tratamiento y su compañía de seguros paga el resto.

Para Joe S., el hijo de un bookmaker ilegal que murió de un ataque del corazón en 47, él dijo que él no tenía ninguna duda que el juego de él ha sido una enfermedad. Como prueba, él dio vuelta a sus memorias torturadas de finales de 1988.

Ése era el tiempo que él comenzó su zambullida final en lo que él ahora llama la “etapa desesperada” de sus treinta años del juego. Convencido que él muriera a pesar de su Sr. acertado de la operación de puente del corazón. S. fue en el juego peor van de borrachera de su vida.

En quince meses, más que millón de dólares pasaron a través de sus manos rechonchas, de la clase obrera y en los embragues de bookmakers ilegales, a través de las ventanas del parimutuel de la apagado-pista que apostaban salas y del caballo que competía con pistas y en las cajas insondables de los casinos de Atlantic City y de Las Vegas. Todo el rato, Sr. S. dicho él no podría manejar los costos más básicos de su familia, tales como regularmente pagar las cuentas de la electricidad y del teléfono de su casa.

En muchos casos, el impulso al wager llega a ser abrumador e incontrolable. Y, él dijo, él haría casi cualquier cosa, incluyendo desfalcar de la nómina de pago de la compañía en quien él trabajó, para conseguir el dinero para hacer la apuesta siguiente en un caballo, un juego del balompié, un par de dados, casi cualquier cosa.

“Solamente era un perdedor grande,” él recordé. En menos de dos años, Sr. S. fue arrestado, condenado y condenado a una prisión de New Jersey para hurto por el engaño. Después de la porción nueve meses de su oración, lo lanzaron bajo programa especial que lo requiere permanecer bajo cuidado para su juego patológico, él dijo.

Eileen A. Epstein es parte de ese cuidado.

“Uno de la dinámica que todos los jugadores empedernidos que trabajo con tienen en campo común es que hay privación muy temprana para esta gente,” dijo a Dr. Epstein, consejero de juego en el Juan F. Centro médico en Edison, New Jersey de Kennedy. “Hay pérdidas emocionales, estos vacíos que vayan manera, manera detrás para ellos, nunca realmente sintiéndose ellos es tan especial como tienen gusto de demostrar a gente que son. ”

“Desean ser tiros grandes,” ella dijo.